En mayo (de 2012), Salva Kiir envió una carta a varias decenas de actuales y ex funcionarios de gobierno en las que calculó que cuatro mil millones de dólares de fondos públicos habían sido malversados. “Luchamos por la libertad, la justicia y la igualdad”, escribió. “Sin embargo, una vez que llegamos al poder, olvidamos por qué peleamos y comenzamos a enriquecernos a costa de nuestra gente”. Lo que no falta en el nuevo país son soldados. Están por todas partes en Juba, luciendo uniformes verdes, boinas rojas y anteojos negros, y portando kalashnikovs. A menudo están borrachos.
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“Sudán: cómo se hace, o deshace, una nación”, por Jon Lee Anderson, en El puercoespín.
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