Alfredo Matilla

Nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real, 1982) nada más acabar el Mundial de España, intentó ser Iniesta durante tres años en Albacete, maduró a base de sobaos en Santander y ahora sobrevive maldiciendo la boina gris de Madrid mientras prepara su retiro espiritual en las costas de Cádiz. Compagina el periodismo con la psicología deportiva, los bolos de veteranos con el fisioterapeuta y el son de la salsa con los quejíos de Metallica. En esta época de extremos, no hay mejor forma de vivir que la del mediocentro.