W.L. Tochman, autor de Como si masticaras piedras (sobreviviendo al pasado en Bosnia) está la próxima semana en Pamplona y Madrid gracias a la colaboración del Instituto Polaco de Cultura.
En Polonia sucede algo misterioso: la crónica se vende mejor que la novela. El periodismo ha demostrado que la vida es más interesante y posee más pliegues que el mejor texto de no ficción. “En la crónica el mundo huele, tiene buen sabor, es frío o caliente, claro o oscuro. Da calma, asco o temor”, escribe Tochman.
Ryszard Kapuściński ya vaticinó que el periodismo desbordaría los límites de la prensa diaria y encontraría su nuevo hogar en los libros. El tiempo le dio la razón. Hace diez años las editoriales polacas empezaron a apostar por la crónica periodística y, a día de hoy, se puede afirmar que existe en Polonia demanda y oferta para este tipo de libros.
Uno de los herederos de Ryszard
Kapuściński es Wojciech Tochman. Su obra Como
si masticaras piedras, que acabamos de publicar en España, es
un recorrido por la potguerra de Bosnia. Como reportero del diario Gazeta Wyborcza. L.
Tochman acompañó la doctora forense Ewa Klonowski y a las familias de los
desaparecidos en su silenciosa búsqueda de la verdad y escribió este
delicado puzle narrativo que trasciende la guerra de los Balcanes para
convertirse en una reflexión universal sobre el duelo, la pérdida, el dolor, la
vergüenza, la locura, el odio, el perdón y la imposibilidad de justicia
mientras sigan existiendo desaparecidos. Un libro actualidad cuando se
cumplen 20 años de la firma de los tratados de paz de Dayton que
pusieron fin
a esa dramática guerra.
Hay dos generaciones de cronistas después de Kapuściński. La primera surgió en torno Gazeta Wyborcza y a su suplemento Duży Format (Gran Formato), y en ella econtramos autores como Wojciech Jagielski, Jacek Hugo-Bader, Mariusz Szczygieł o Wojciech Tochman. Estos dos últimos fundaron el Instituto de la Crónica, bajo cuyo marco crecieron iniciativas como La Escuela Polaca de la Crónica, la editorial Las pruebas de la existencia y la librería Ebullición del Mundo.
A esta primera generación pertenece también Artur Domosławski, el autor de KAPUŚCIŃSKI NON-FICTION, la polémica biografía sobre el maestro polaco. Lejos de perjudicar al género, este libro ha estimulado a los nuevos cronistas para ser más escrupulosos en sus trabajos. Es una advertencia y un recordatorio de que, en la crónica, a diferencia de la novela, no todo está permitido.
La segunda generación después de Kapuściński está representada por periodistas freelances en la órbita de los 30 años. Reciben apoyo financiero, entre otros, de la Fundación Herodoto, que desde 2011 otorga la Beca de Ryszard Kapuściński (de aproximadamente 7 mil euros). A esta nueva hornada pertenecen Filip Springer, que ha escrito sobre el pasado y el presente de Polonia, Maciej Wasielewski o Aleksandra Lipczak, ganadora de la ultima edición de la beca y que está trabajando en un libro sobre la crisis en España.
Libros del K.O.
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